La curiosidad es una conducta natural que se comparte entre los animales y los seres humanos. En el caso de las personas hay diversos factores psicológicos y emocionales que llevan a un individuo a la búsqueda de información para saciar su interés por ciertos datos o para confirmar alguna creencia. Gracias a la curiosidad, las personas interactúan con otros sujetos y con el entorno en general.
La curiosidad suele ser uno de los puntos de partida hacia el desarrollo personal, artístico y profesional. Durante la infancia, antes de sumirnos a esa serie tan peligrosa de prohibiciones y reglas e ideadas por gente a la que jamás conoceremos, lo normal es que no sepamos frenarnos ante el impulso de saber más, de aprender, de llegar hasta el fondo de cada misterio con el que nos tropezamos, o bien que no queramos hacerlo aunque nuestros mayores intenten disuadirnos.
Y es así, dejándonos llevar por nuestra curiosidad por descubrir lo aparentemente oculto y prohibido que muchas veces cultivamos vocaciones, o bien abrimos puertas que los demás seres humanos creían imposibles de abrir, o que ignoraban completamente.
En nuestros talleres de psicología creativa cultivamos la curiosidad para que descubran sus dones y los desarrollen… y los conviertan en las fortalezas que harán de la vida algo digno de un ser humano.